CAPÍTULO 5: La no-violencia y las posturas yógicas.
Ahimsa (No-Violencia).
La No-Violencia: Introducción a sus muchas facetas.
Por Acharya Mahapragya.
CAPÍTULO 5: La no-violencia y las posturas yógicas.
Los factores que promovían y que inhibían la violencia y la no-violencia ya se han analizado.
La violencia y la no-violencia se relacionan también con las posturas corporales.
Las posturas o los asans yógicos, pertenecen a un rama antigua del conocimiento.
Hacen mucho más que asegurar que el cuerpo esté sano.
Su influencia es de gran importancia.
Regulan el flujo de la sangre, mejoran el funcionamiento general del cuerpo, e incluso influyen en los sistemas nerviosos, y las endócrinas. Así, pueden ser provechosos en controlar emociones.
La vida actual propugna la comodidad física, trata de evitar en lo posible todo trabajo manual, y genera muchas veces una tensión nerviosa cada vez mayor.
Gracias al aumento de el uso de computadoras, el siglo veintiuno proporciona una perspectiva mucho más terrible.
Los autores de este futuro triste parecen olvidarse del hecho de que su versión de la comodidad, incapacitará los músculos, y pondrá los nervios mucho mas tensos.
Reducirá al hombre al estado de una polea, o de un pistón en una máquina enorme.
La única manera de cambiar la situación anteriormente descripta,
consiste en equilibrar el trabajo menta con el trabajo físico.
Las Yogasans o las posturas yógicas tiene la característica única, de lograr un equilibrio perfecto entre el cuerpo y la mente.
Se ha indicado anteriormente que el exceso de ciertos ácidos y productos químicos, hace a los hombres violentos y propensos a los crímenes.
Se ha probado científicamente que los yogasans ayudan a regular y a equilibrar el funcionamiento del cuerpo, y a prevenir así con eficacia el crimen y violencia.
Desde el punto de vista de la salud mental y emocional hemos fallado singularmente en diagnosticar la enfermedad, y por lo tanto en descubrir un remedio conveniente.
Incluso cuando algunas personas practican estos ejercicios, los hacen apenas para mejorar el funcionamiento del aparato digestivo, respiratorio, y circulatorio.
Esto no es malo.
Sin embargo, es mucho más importante tomar el cuidado de la mente y aún más el de las emociones.
El cuerpo y la mente son regulados por las emociones.
Por lo tanto una persona emocionalmente rica puede nunca ser verdaderamente sana.
La pregunta que nos hacemos, es la de encontrar las maneras de alcanzar la fuerza emocional.
Un caso muy instructivo analizaremos.
El único hijo de un industrial, salía del hogar para ir a estudiar.
Delante de los ojos del padre, un coche que se apresuraba lo golpeó y lo aplastó.
El caso fue para una audiencia ante un magistrado.
El padre sabía que el conductor, sufriría mucho si le concedieran la pena capital.
El, por lo tanto, dijo a corte que su hijo había muerto debido a su propio error, y que el conductor no era en absoluto responsable del accidente.
¿Podía tal compasión mover al padre a hacer esa declaración, sino hubiera sido una persona emocionalmente equilibrada?
Tal equilibrio es posible, solamente con una descarga equilibrada de las glándulas de endocrina.
Los Yogasans nos ayuda a controlar el flujo endocrinal.
Ahora se sabe que es la glándula suprarrenal la que crea el entusiasmo excesivo, la agitación mental, y la impaciencia.
Controlando las glándulas suprarrenales, podemos estar libres de ellas.
Hay una postura yógica llamada shashankasan que nos permite ejercitar el control sobre las glándulas suprarrenales.
Aquí vale mencionar de que las causas verdaderas de la violencia, no mienten fuera de nosotros.
Al igual que es bien sabido, que incluso las guerras se originan en las mentes de los hombres.
Así es en la mente que la solución a la violencia tiene que ser encontrada.
Hay una parte del cerebro que constituye el sistema de las emociones. Se llama el hipotálamo, que es una parte del cerebro.
Entre el y el suprarrenal, las glándulas pituitarias y el pineal influyen en todos los tipos de violencia.
Si nosotros rompemos el circuito de cualquier violencia, ella puede retroceder.
Esto es lo que le sucedió al emperador Ashoka.
El mismo Ashoka, que fué el instrumento para cometer matanzas de millares de hombres en la guerra de Kalinga, se convirtió en
un apostol de la paz y de la no-violencia.
Apenas un giro en el sistema nervioso-emocional y la violencia extrema cambió en no-violencia absoluta.
No debo ser entendido mal en este punto.
Puede haber causas innumerables de cambios de la violencia a la no-violencia, no unicamente por la práctica de los yogasans.
Sin embargo, estos asans desempeñan un papel importante en esta materia y son medios poderosos de la transformación deseada.
Mi propósito aquí no es dar una explicación detallada de los varios asans, y de sus ventajas.
He citado simplemente un ejemplo para probar su eficacia.
Menciono aquí el sarvangasan, y su capacidad de controlar y equilibrar el funcionamiento de la glándula de las tiroides.
El punto importante es que los yogasans traen un equilibrio en el funcionamiento del sistema nervioso, de los aminoácidos, y de las endócrinas.
Junto con el ayuno ellos son también los medios de expulsar toda la materia tóxica y extraña del cuerpo.
Los Yogasans son por esta razón la parte intrínseca de la meditación de Preksha.