CAPÍTULO 3: No-violencia y meditación.

Ahimsa (No-Violencia).
La No-Violencia: Introducción a sus muchas facetas.

Por Acharya Mahapragya.

CAPÍTULO 3: No-violencia y meditación.

Como seres sociales, todos los seres humanos tienen el gusto de la no-violencia,  puesto que garantiza la paz, que un requisito previo para la felicidad.

Las raíces de la violencia son profundas y extensas, y por lo tanto, destruirlas es muy difícil. Sin embargo, no es imposible.

La mejor manera de hacerlo es meditación.

Antes de descubrir la relación entre la meditación y la no-violencia, es necesario descubrir la causa de la raíz de la violencia, como también los factores que proporcionan sustento a la violencia.

Uno de los factores más importantes,  es tensión. La violencia no es posible en ausencia de  tensión. Una persona relajada no puede cometer violencia.

Los músculos se tensan, y la mente se tensa.

La violencia es el resultado natural.

Básicamente, por supuesto, en la mayoría de los casos,  la tensión se lleva en una mente agitada.

Hay dos tipos de tensión: la que  se lleva por la arrogancia, y la que se  lleva por la derrota.

A la anterior pertenecen los casos de la tensión que exteriorizan  afuera la cólera y la avaricia; al último ésos causados por la desesperación, y la derrota.

Independientemente de su procedencia, todos los tipos de tensiones generan violencia.

Un ego lastimado puede originar un desastre, y pueden   hacer muchas cosas negativas las pasiones de la cólera y de la avaricia. Semejantemente, la desesperación y la derrota pueden también dar lugar a violencia, al igual que el caso de la mayoría de los suicidios.  Según lo observado arriba, el antídoto más potente a la tensión de todas las clases es la meditación.

De hecho la meta principal de la meditación,  es liberar al  hombre de la tensión.

Kayotsarg (abandono del cuerpo, una postura inmóvil de la meditación) y el anupreksha o la contemplación (reflexión) son una parte de la meditación.

El anterior relaja rápidamente la tensión de los músculos, e incluso mientras que el preksha del svasa del dirgha ( que implica la exhalación lenta y completa y la inhalación profunda) quita totalmente toda la tensión mental.

Hay  técnicas relacionadas como el mudra del sanyam del indriya (postura de controlar los sentidos), preksha del kendra del jyoti (Actividad de la glándula pineal), anupreksha del andekatua del anupreksha del anitya (contemplación de lo efímero) y la contemplación de la meditación  de la soledad) que curan tipos específicos de  tensión.

Las cosas principales que son enfatizadas aquí son la eficacia de la meditación como curación completa para todas las variedades de tensión.

Otro factor implicado en la violencia es el desequilibrio químico. Cuando hay un desequilibrio de secreciones glandulares en el cuerpo, la gente se hace violenta.

Cada glándula  endocrina tiene sus funciones específicas.

Lo que hace la glándula pituitaria es diferente de lo que hace la glándula pineal, así como también  las tiroides y las glándulas suprarrenales tienen sus funciones peculiares.

Un funcionamiento armonioso de estas glándulas mantiene a hombre equilibrado.

La meditación puede restablecer el equilibrio perdido.

El preksha del kendra de Chaitanya (opinión de los centros de la psiquis o del sistema  endocrinológico) es uno de los medios eficaces de curar el desequilibrio.

La concentración en el kendra del jyoti (la pineal), el kendra darshan (la pituitaria), el kendra del vishuddhi (las tiroides) y el kendra de los tejas (las glándulas suprarrenales) balancea el flujo de las hormonas en la pineal, pituitaria, y de la tiroides y de las glándulas suprarrenales respectivamente.

Tal comprensión ha sido lograda por los resultados de la bioquímica moderna.

Puesto que la violencia se puede atribuir a los desequilibrios hormonales en el cuerpo, la meditación resulta ser su mejor terapia.

El tercer factor responsable de la violencia es el desequilibrio en el tantra del nadi (sistema nervioso).

Vemos de vez en cuando,  casos de  violencia sin motivo.

Este tipo de violencia es el resultado de un desequilibrio en el sistema nervioso y contra esto, está el l preksha de los shvas del samvritti (que exhala la respiración a través de una de las fosas nasales y que inhala con la otra).

 Requiere una respiración alternada,  a través de las dos fosas nasales, inhalando con la izquierda y exhalando a través de la fosas nasal derecha, y entonces en la orden reversa, y la repetición del ciclo.

El yoga de Hath reconoce dos porciones del sistema nervioso, el derecho que es llamado pingla y el ida, que es el izquierdo.

En la terminología  de la ciencia médica, el pingla es el sistema nervioso comprensivo.

Practicando preksha de los shvas del samvritti se logra un  equilibrio entre los dos sistemas.

Además, las ayudas internas de un viaje (recorrido de la mente consciente del fondo a la tapa de la médula espinal) también restablecen el equilibrio.

Una vez que las tres partes el del sistema-central nervioso, comprensivo y parasimpático empiecen a actuar de una manera equilibrada, la violencia desaparece automáticamente.

Otra manera de mirar el problema, está en términos de las dos actitudes: positiva y negativa.

El hombre tiene ordinariamente una preponderancia a lo último.

El odio, los celos, el miedo y la lujuria son todos los síntomas de una actitud negativa, y son también los factores que contribuyen a la violencia.

El racismo, el sistemas de castas,  y el resto de las formas de discriminación generan  violencia, debido a la presencia de la actitud negativa.

Hay una necesidad de pensar positivamente,  para que la mente pueda escapar de las malas sensaciones.

La meditación desarrolla el pensamiento positivo, insistiendo en  uno mismo.

Viéndose, la  introspectión, el anupreksha del anitya (contemplación de lo efímero.) etc. son  los medios seguros de desarrollar el pensamiento  positivo.

El quinto elemento es excederse en estar ocupado, o en el esfuerzo mental, vocal y físico.

Estar ocupado y actuar son indudablemente esenciales para la vida, pero debe haber un límite para ellos.

El hombre que ha transgredido  todos los límites, y está excesivamente ocupado, es  víctima del agotamiento.

El resultado es otra vez la violencia.

La naturaleza ordena un equilibrio entre el trabajo y el resto,  y entre discurso  y el silencio.

Para parar el esfuerzo innecesario del cuerpo y de la mente, así como también del discurso, hay que tener una vida disciplinada.

 La observación del silencio, apenas  una hora en el día será un gran adelanto para lograr una la vida equilibrada.

Asimismo, el pensamiento inútil, dificulta la vida espiritual.

Mantener la mente,  una hora durante el día,   libre de todos los pensamientos inútiles, es muy beneficioso espiritualmente.

La disciplina física, la disciplina vocal y la disciplina mental,  son intrínsecas a la meditación.

Practicando las tres  podemos frenar seriamente violencia.

Mire la patología de la violencia.

Hacer violencia o  ser violento trae  un cambio completo en nuestra biología.

Los músculos obtienen una dosis adicional de  sangre, y se ponen tensos.

Las glándulas suprarrenales producen una la secreción adicional, que se mezcla con la sangre y origina  un exceso de energía en el sistema.

El hígado provoca también un suplemento de  energía en el sistema. El hígado emana  una cantidad adicional de azúcar en la corriente de la sangre.

Trae reacciones alrededor de las físicas, de las psicologicas y de las químicas.

Con la subida de agresividad la respiración se transforma  rápidamente.

El índice normal de 10 a 15 respiraciones al minuto, va hasta 30 o 40.

La meditación pone los frenos en el sobre-exceso del cuerpo y la mente, y previene así violencia.

La verdad antedicha implica adoptar las medidas lo más mejor posible calculadas, para poner frenar los crímenes y la violencia en sociedad.

Es necesario implementar ideas adecuadas, para encontrar una solución a los problemas del armamento nuclear y de la guerra.